MI RUTINA FACIAL PARA PIEL SENSIBLE
POR QUÉ NO PUEDO ESTARME QUIETA Y SIEMPRE ESTOY PROBANDO COSAS
Bueno, pues allá vamos. Ya he comentado alguna vez: tengo la piel muy sensible. El tipo de piel que se ve bonita, luminosa, sana…y de repente reacciona y se pone roja, o le salen granitos, o me escuece a rabiar. Hace años mi piel era un escándalo, no me dejaba vivir tranquila, hasta que descubrí los productos que me iban bien y me cambiaron la vida. No volví a tener una reacción.
Pero una, que no puede estarse quieta y tiene que probarlo todo, no se quedó tranquilita, no. Ya voy cumpliendo años y me gusta probar cosas nuevas, que sirvan para frenar el envejecimiento. Ya sabes, arruguitas, indicios de flacidez… Esas cosas tan ideales que trae la edad. Así que voy probando cosas, y unas me vienen bien, y otras me dan reacción.
Y cuándo me noto la piel incómoda, o tirante, o he tenido una de esas reacciones en que las ronchas, picores o irritaciones hacen su aparición, mi salvación es esta rutina que te voy a contar ahora, que me calma, me hidrata y restablece mi cutis para volver a tenerlo fino, luminoso y bonito.
CUÁL ES MI RUTINA PARA CALMAR MI PIEL IRRITADA
Para empezar, por la noche me lavo con un aceite facial enriquecido. Mi combinación favorita es aceite de Jojoba mezclado con hidrolato de rosas. Calma y deja la piel preciosa, cómoda y limpia. Se lleva todas las impurezas, maquillaje, suciedad, restos de protectores solares y cosméticos… . Lo uso siempre por las noches, es un básico para mí. Solo tienes que mezclar en la palma de tu mano unas gotas del aceite con una pulverización del hidrolato, limpiar bien y luego pasar un algodón o toallita con suavidad para retirarlo. Aprende más sobre el aceite de jojoba aquí.
Como segunda limpieza, uso jabón negro. No deja la piel tirante y siento que me equilibra. ¡Ojo! Hay que secarse la piel sin frotar, que nos conocemos. Por las mañanas sólo hago una limpieza, cualquiera de las dos.
Luego aplicó un tónico ideal de la marca coreana Whamisa, hecho a base de plantas y hierbas. Compré una muestra por eBay, me ha durado un montón y me encanta. Noto cómo trabaja para recuperar la salud de mi rostro. Hablaré con más detalle de este tónico-esencia en otra entrada. Otra opción es el famoso tónico Benton con extracto de mucina de caracol, té verde, veneno de abeja y centella asiática, que también me va genial.
Después pulverizo hidrolato de lavanda, súper calmante, y sobre la piel húmeda aplicó unas gotitas del mismo aceite que he utilizado para lavar. Si quieres mejorar este aceite, puedes hacerlo añadiendo un par de gotas o tres de absoluto de rosa o aceite esencial de rosa por cada 15 ml de aceite de jojoba.
Es una rutina muy básica, muy sencilla pero también muy efectiva, y, si lo que necesitas es calmar tu piel, es muy probable que a ti te funcione también.
Es importante que los hidrolatos y aceites sean buenos: búscalos puros, con una calidad estupenda y un precio asequible. El aceite esencial de rosas sí es caro, pero un bote de 5ml te puede durar años. El jabón africano lo compré en Iherb.
¿Y SI MI PIEL ESTÁ REALMENTE AGREDIDA?
Si tengo la piel muy muy irritada y sensibilizada, aún lo simplifico más. Lavo mañana y noche con el aceite, pulverizo el hidrolato de lavanda y aplico unas gotas del mismo aceite. Esto puedo hacerlo un par de días y luego ya añadir el jabón y el tónico, que ayudan a que mi piel esté más fuerte y sana.
Me gusta probar cosas y, además, ya tengo edad de usar activos más potentes. Suelo usarlos y me van bien, pero cuando mi piel se descontrola… hay que intervenir, calmarla y reequilibrarla para que se siga viendo bonita. Porque una agresión constante también envejece, aunque creamos que hacemos lo mejor para ella dándole esos activos.
¡Ah! Y si tu irritación persiste, o ves cosas raras en tu piel, acude al dermatólogo. A veces pueden ser otras cosas, como rosácea, o dermatitis seborréica, o cualquier cosa que necesite un tratamiento supervisado por un profesional. Y si quieres utilizar activos potentes, como retinoles, ácidos o activos antimanchas, también, ve a la consulta, que la supervisión dermatológica es lo que garantiza el éxito.